Puigdemont confirma que se presentará a las elecciones catalanas para lograr su "restitución" como president
Era un secreto a voces que no precisaba de gran corroboración, pero Carles Puigdemont ha querido oficializarlo este jueves: se presenta a las elecciones catalanas del 12 mayo como candidato a la presidencia de la Generalitat por Junts. Su objetivo es lograr su "restitución" como president, ha dicho en una conferencia en Elna (Francia) en la que las menciones a su destitución como president por el 155 en 2017 tras la declaración unilateral de independencia han sido constantes.
El expresident ha dado el pistoletazo de salida a la precampaña situando a los electores en una disyuntiva de cara al próximo 12-M. Según Puigdemont, los catalanes tendrán que escoger entre los partidos que buscan "hundir a la nación" o los que quieren "terminar el trabajo para que Catalunya sea reconocida en el concierto de naciones independientes del mundo". Sin término medio.
Al mismo tiempo, Puigdemont ha querido dejar claro que va a por todas el 12-M con otro anuncio: su renuncia a encabezar la candidatura de Junts a las europeas el 9 de mayo, lo que le deja sin el escudo de la inmunidad europea. "No podría explicarme a mí mismo que después de seis años no buscará la restitución de la presidencia ilegalmente destituida por el 155 por razones de comodidad", ha aseverado Puigdemont.
El anuncio del expresident se ha producido, como es habitual, mediante una comparecencia sin aceptar preguntas de los medios de comunicación. El expresident no da una rueda de prensa desde el pasado mes de julio, y las únicas preguntas que ha respondido brevemente en los últimos días son las que, de pie y a bocajarro, le formulan los periodistas en los pasillos del Europarlamento.
El expresident ya ocupó el primer lugar de las listas de Junts en los comicios al Parlament en 2017 y 2021. Pese a dar el mismo mensaje de "restitución" que ahora y prometer su retorno en 2017 si los catalanes le votaban, no volvió debido a su situación judicial, toda vez que si pone un pie en España será detenido. Esta vez, según Puigdemont, es distinto, porque ya puede "trabajar sin la amenaza de la represión" gracias a la amnistía
No hay dos sin tres, pero esta vez hay una amnistía que, sobre el papel, garantiza a Puigdemont un retorno seguro sin pisar la cárcel. Al menos eso marca la norma (pendiente de aprobarse definitivamente a finales de mayo, después de la campaña catalana). Otra cosa es lo que, una vez en vigor la amnistía, terminen haciendo los jueces encargados de aplicarla, algunos de los cuales han dado sobradas muestras de querer complicar el olvido penal del procés para Puigdemont.
Con su anuncio de este jueves, Puigdemont dibuja lo que quiere que sea el eje principal de su campaña: su retorno a España ya no solo como ciudadano libre y amnistiado sino como president. El objetivo es intentar reconectar con unas bases independentistas desmovilizadas y quedar por delante de ERC, en un contexto de más fragmentación partidista en el lado de la derecha independentistas (al 12-M se presentará el partido de la eurodiputada Clara Ponsatí, muy crítica con Junts).
Otra pista de la campaña presidencialista que Junts prepara para el 12-M estaba en el escenario del Ayuntamiento de Elna donde Puigdemont ha dado su conferencia este jueves: ni una referencia a las siglas de Junts y un solo lema, "President Carles Puigdemont".
"Estoy dispuesto a la negociación, como en 2017"
El polo Puigdemont rivalizará con el marco que quiere fijar el PSC de cara al 12-M: pasar página del procés con Salvador Illa, que lidera los sondeos, como president y centrar el debate en los servicios públicos y la gestión. En medio quedará ERC, que con Pere Aragonès quiere reivindicar su primera presidencia sin olvidar la negociación con el Gobierno sobre un nuevo modelo de financiación y un referéndum.
Puigdemont, pese a pedir una lista unitaria, ha admitido que es un objetivo difícil y no ha tenido problemas para cargar contra la estrategia de ERC, reivindicando los logros de Junts en la negociación con el PSOE, en especial la negociación con mediador internacional frente a la mesa de diálogo que pactaron la Generalitat de Aragonès y La Moncloa. "No sé cuántas veces se ha reunido la mesa de diálogo, sí sé las veces que nos hemos reunido en Suiza", ha lanzado.
También ha sacado pecho Puigdemont de otros pactos con el PSOE, como la oficialidad –pendiente de aprobar– del catalán en Europa. "Nunca me habría creído la convicción con la que el ministro Albares defiende el catalán", ha afirmado. "Queremos negociar, y estamos muy lejos, pero la democracia consiste en el acuerdo entre los que están de acuerdo", ha reivindicado Puigdemont en el tramo más pactista de su discurso.
"Estoy dispuesto a la negociación, como lo estaba en octubre de 2017", ha apostillado Puigdemont, que ha celebrado la disposición del PSOE a negociar frente a su "cobardía", ha afeado, en la fase crítica del procés, en la que según el expresident los socialistas dejaron, junto al PP, la respuesta al proceso soberanista en manos de los jueces.
No ha dado pistas en su conferencia Puigdemont de si quiere volver a Catalunya solamente para someterse a un eventual debate de investidura (con la amnistía ya aprobada) o si, pese al riesgo de ser detenido en campaña (por entonces la amnistía todavía no estará aprobada), volverá antes del 12-M.
Los pros y contras a sopesar siguen siendo los mismos hoy que el próximo 26 de abril, cuando arrancará la campaña catalana: una detención (que Puigdemont ha querido evitar a toda costa desde que se fuera a Bélgica en 2017) podría activar al electorado alrededor de Junts en un voto antirrepresivo, pero entraña un coste personal elevado y el riesgo de no saber cuánto durará si los jueces deciden no aplicar la amnistía.