China, entre 'la espada y la pared' en conflicto EU-Irán tras asesinato de Qassem Soleimani
La respuesta silenciosa de Beijing al asesinato del principal comandante iraní Qassem Soleimani por parte de Estados Unidos sugiere que China todavía no está lista para unirse a Rusia y asumir un papel más directo en los conflictos arraigados en Medio Oriente.
Mientras que el ministro de Relaciones Exteriores, Wang Yi, dijo que China estaba "muy preocupada" por la acción y la calificó como "inaceptable", no usó las palabras "condenar" o "denunciar", como sus homólogos iraníes y rusos, Javad Zarif y Sergei Lavrov.
En cambio, le comentó a Zarif que China "jugaría un papel constructivo" para ayudar a salvaguardar la seguridad regional y destacó en una llamada con Lavrov que "todas las partes" deben respetar el derecho internacional.
Los comentarios fueron consistentes con los esfuerzos pasados de China para evitar compromisos en una región donde podría chocar con Estados Unidos y sus aliados.
Hasta ahora, Beijing ha hecho poco para contrarrestar los esfuerzos del presidente Donald Trump para aumentar la presión sobre Teherán, más allá de defender el acuerdo nuclear con Irán y criticar las sanciones unilaterales de Estados Unidos.
El lunes, Estados Unidos acusó a China de ponerse del lado de Rusia en las Naciones Unidas para bloquear una resolución del Consejo de Seguridad condenando el ataque a la embajada estadounidense en Bagdad que precipitó la decisión de Trump de ordenar el ataque a Soleimani.
Hay poco que indique que la muerte de Soleimani alentará a China a alejarse de su acto de equilibrio pasado, especialmente cuando el presidente Xi Jinping busca concluir las negociaciones comerciales preliminares con Trump este mes.
Si bien China ha intensificado la cooperación militar con Rusia y ampliado los lazos con Teherán, también confía en el rival de Irán, Arabia Saudita, como su principal proveedor de petróleo extranjero.
"China está atrapada en un dilema en el que no quiere provocar a la administración Trump, tiene una asociación estratégica cada vez más profunda con Rusia y tiene su propio interés en juego en Irán", precisó Shi Yinhong, asesor del gabinete de China y profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Renmin de Beijing.
"Espero que el Gobierno chino se mantenga en un tono suave, llamando a ambas partes a ejercer moderación y abstenerse de intensificar las tensiones", informó.
China y Rusia han mejorado los lazos militares en los últimos años, realizando simulacros navales conjuntos anualmente y coordinando políticas de seguridad en toda Asia a través de la Organización de Cooperación de Shanghai.
Aún así, es poco probable que se unan en un conflicto de Medio Oriente. Aunque los funcionarios chinos han criticado repetidamente las acciones de Estados Unidos contra sus propios intereses comerciales y de seguridad, han optado por una respuesta más discreta a las disputas de Washington con los socios diplomáticos de Beijing.
Ian Bremmer, presidente y fundador del Grupo Eurasia, mencionó a Bloomberg Television el lunes que China tiene un objetivo diferente al de Rusia en Medio Oriente.
“Los rusos en realidad quieren el caos. Los chinos quieren estabilidad”, puntualizó Bremmer.
China ha reducido drásticamente sus compras de petróleo iraní desde que Estados Unidos finalizó las exenciones de sanciones el año pasado, importando menos de 548 mil toneladas de crudo en noviembre en comparación con poco más de 3 millones en abril.
Sin embargo, China sigue siendo el mayor comprador de petróleo de Irán, pero compró cinco veces más a Arabia Saudita en los primeros 11 meses del año pasado.
No está claro qué se necesitaría para que China, que cuenta con la segunda mayor economía y presupuesto de defensa del mundo, tome un papel más asertivo en Medio Oriente. El mes pasado, el país asiático recibió a Zarif, el canciller iraní, para una visita a Beijing y participó en simulacros navales conjuntos con Irán y Rusia en el Océano Índico y el Golfo de Omán.
Li Guofu, exdiplomático chino en los Estados Unidos y director del Centro de Estudios de Medio Oriente del Instituto de Estudios Internacionales de China, dijo que las potencias extranjeras tenían pocas opciones para desalentar a Trump en su decisión de retirarse del acuerdo nuclear de Irán. "En este caso, otros países pueden hacer muy poco para cambiar el status quo", dijo Li.
Trump ha sugerido que le gustaría ver a Xi fuera de juego en Medio Oriente, y en un tuit de junio señaló que países como China deberían comenzar a proteger sus propios envíos de petróleo a través del Golfo Pérsico.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de China eludió el lunes una pregunta sobre si el país consideraría un papel de seguridad más grande en Medio Oriente.
"El empeoramiento de la situación en el golfo no beneficia a nadie", expuso el portavoz del ministerio Geng Shuang en una rueda de prensa periódica en Beijing.
“Nos oponemos al abuso de fuerza en las relaciones internacionales. Hacemos un llamado a todas las partes relevantes para que ejerzan moderación, eviten la espiral de escalada y hagan esfuerzos para enfriar la situación ”.
China podría usar su plataforma como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU para criticar las acciones de Estados Unidos contra Irán, un papel que Wang Yi mencionó en su declaración sobre el asesinato de Soleimani. Aún así, Beijing retrasaría tal movimiento el mayor tiempo posible, según Shi, el profesor de la Universidad de Renmin.
"China no tomará partido en el Consejo de Seguridad de la ONU hasta que tenga que hacerlo", comentó Shi.
-Con asistencia de Sarah Chen y Peter Martin .