Julio Puon: Algunas variables económicas a cuidar para 2021
![Julio Puon](/uploads/2020/10/12/12e59a33de1602509613.jpeg)
El secretario de Hacienda ha señalado que se acabaron los fondos de estabilización económica o “guardaditos” que dejaron administraciones pasadas. La fuerte caída de la economía mexicana producto de la pandemia y de la inercia a la baja que traía desde 2019 representa un fuerte reto para las finanzas públicas.
Finanzas Públicas
Para el 2021 existe la probabilidad que los ingresos fiscales no sean lo suficiente para cubrir el gasto y tengamos un déficit fiscal más allá de niveles deseables. Un incremento en los impuestos vía IEPS a bebidas y alimentos con alto contenido calórico se ve difícil ya que sería afectar al segmento económico más desfavorecido.
Apretar más a las grandes empresas como está sucediendo es de una sola ocasión y seguramente la recaudación se verá afectada por la lenta recuperación del PIB del 2 por ciento que se espera, así como la enorme cantidad de empresas cerrando y los niveles de desempleo formal y migración al sector informal que estaremos viendo.
Ajustes por el lado del gasto sería marginal ya que el sector público está más que delgado. Los programas sociales y proyectos de inversión del gobierno actual no son opción. Ante este escenario, se puede tener un déficit abultado que contribuya a aumentar todavía más la deuda pública como porcentaje del PIB en niveles superiores a 60 por ciento.
Sin duda esto conllevará a que la percepción del riesgo crediticio del país se deteriore y el diferencial de tasas de interés de la deuda mexicana vs la americana, que ya luce apretado (por el ciclo de bajas de Banxico), no sea ancla suficiente para retener la inversión en cartera o “capital golondrino” y esto podrá generar salida de capitales y su consecuente impacto en el tipo de cambio.
Todo esto aunado a una posible degradación a grado especulativo de la deuda del gobierno.
Cuenta Corriente
Este frente está compuesto por el comercio exterior (exportaciones-importaciones), inversión extranjera directa (IED), la cuenta de capital y las remesas. Estas variables de igual forma se ven bastante retadoras con posibilidades de terminar en un déficit de cuenta corriente debido a la caída de las exportaciones por el debilitamiento de la economía global, no hay que olvidar que México es una potencia exportadora de manufacturas en el sector automotriz y turismo.
En cuanto al IED vivimos en un ambiente de políticas públicas que no fomenta la inversión, la cual además no encuentra el estado de derecho necesario para poder materializarse. Por lo que no contamos con estos recursos que, junto a la inversión privada nacional constituyen el tejido productivo del país llegando a representar ambas el 90 por ciento de la inversión vs el 10 por ciento que pesa la inversión pública, teniendo impacto en el crecimiento económico es sustancial por lo cual es muy motor prioritario para la recuperación.
En cuanto a las remesas, contrario a lo esperado, los flujos provenientes de estos rubros han subido a pesar de la crisis económica, sin embargo su catalizador al PIB solo contribuye a generar consumo y no contribuye a crear capital humano ni físico que permita la mejora de las condiciones de sus receptores en el largo plazo.
Finalmente, la inversión en cartera es lo preocupante, ya que el monto de tenencia de deuda del gobierno en manos de extranjeros del periodo 31 de diciembre de 2019 al 26 de agosto de 2020 ha bajado un 15 por ciento de 2.148 billones de pesos a 1.813 billones de pesos, mientras que el monto total de esta ha subido de 7.5 a 8.03 billones de pesos o un incremento de 5.5 por ciento en dicho periodo.
Esta disminución de la deuda por parte de inversionistas extranjeros se puede explicar a que el rendimiento en exceso que paga el gobierno mexicano, no compensa los riesgos financieros que implica estar invertidos en México. (Fuente Banxico).
Evidentemente esta salida de capitales tiene un impacto negativo en la cuenta corriente y esta no se ve compensada por la entrada de flujos en los otros componentes creando un déficit. Niveles de déficit de cuenta corriente superior a 3.5 por ciento por dos o más años seguidos usualmente genera un impacto negativo en el tipo de cambio generado un incremento en la inflación.
Confianza es el nombre del juego.
Opinión: La presión en las finanzas públicas, así como la evolución componentes de la cuenta corriente son algunos de variables que representan áreas de riesgo que pueden afectar los niveles de tipo de cambio, así como su posible impacto en la inflación.
El autor es profesor del Departamento Académico de Contabilidad y Finanzas de la Escuela de Negocios del tecnológico de Monterrey.
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