Angel Maass: PyMES, ¿En cuidados Intensivos?
![Angel Maass](/uploads/2020/12/18/315b4df9351608303628.jpeg)
Quizá muchos de los lectores coincidirán que 2020 fue probablemente el año más retador que nos ha tocado enfrentar en diferentes ámbitos de nuestras vidas.
En el caso particular de las Pequeñas y Medianas Empresas (PyMES), la falta de oxígeno (otorgamiento de crédito) por parte de la banca comercial no comenzó con la declaratoria de emergencia sanitaria, sino desde agosto 2019.
Con base a información del portafolio de información de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), este segmento registra 15 meses consecutivos con tasas negativas en términos nominales (octubre 2020: -5.26% vs mismo período del año previo).
Al respecto, ¿Cuáles fueron los síntomas o factores que mostraron las PyMES previo a la pandemia? Si su exposición sólo representa 7.6 por ciento de la cartera total a nivel sistema bancario, ¿Por qué estos pacientes fueron relativamente aislados del sistema financiero? Continuando con la analogía, pareciera que las PyMEs presentan síntomas graves y con un sistema inmunodeficiente.
Sin embargo, que sucederá con todas aquellas que siguen dando la pelea. ¿Cuántas pruebas más de estrés tendrán que aprobar para determinar cuándo podrán tener nuevamente financiamiento?.
Por su parte, el crédito total a empresas grades reporta un crecimiento nominal de 0.82 por ciento, con una marcada tendencia a la baja, por lo que no se descarta que en el corto plazo corran la misma suerte que las PyMEs. En este contexto, éstas podrían clasificarse como personas con síntomas graves.
Para contextualizar, dos terceras partes del crédito empresarial (incluyendo PyMEs y Fideicomisos) se encuentra concentrado en cuatro entidades federativas. Específicamente, Ciudad de México (40.87%), Nuevo León (13.14%), Jalisco (6.86%), Estado de México (5.63%). Al descontar la inflación anual acumulada al cierre de octubre de 2020, el crédito empresarial en dichos estados del país presenta una contracción (promedio ponderado) del 1.02 por ciento.
A pesar de todos los retos, una de las preguntas que podría resultar obvia es cómo estas PyMES o empresas grandes han asegurado la continuidad de negocios. Seguramente las respuestas serían muy diversas e ilustrativas y quizás no solamente relacionadas al tema tecnológico.
Esto último porque el uso de la tecnología no es ajeno al riesgo. De hecho, cada vez son más frecuentes los ataques cibernéticos y por ende la prioridad de mantener la seguridad de la información. Más allá de estos hechos sobre crédito a PyMEs y grandes empresas, exhorto a todos los lectores a capitalizar en este nuevo año todo lo aprendido desde que inició la pandemia. ¿Qué pasaría si tuviéramos que repetir otro 2020? ¿Estuviéramos mejor preparados? Yo creo que sí, pero la respuesta podría ser distinta según cada persona.
Dejemos escapar ese dolor por la pérdida de un ser querido, cierres de negocios y disminución de ingresos. Mejor vamos a aferrarnos a las lecciones aprendidas y proyectarlas hacia un crecimiento en todas las áreas de nuestras vidas. Aprovecho para desear a todo el equipo de El Financiero, así como a todos sus lectores ý amigos un próspero 2021 lleno de éxitos.
El autor es economista con master en finanzas y administración. Actualmente es Director de Estudios Económicos de Grupo Unicco.
Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.