Alto en el ciclo monetario. Expectativa vs. posible realidad
Tal parece ser aún el caso. Los riesgos al alza en inflación no son menores y, por lo mismo, haría sentido dejar la puerta abierta a ajustes adicionales, al menos por algunos meses.
La nueva decisión de política monetaria de Banxico se aproxima (mayo 18). La expectativa es creciente respecto a la posibilidad de que opte por hacer un alto en su esfuerzo de restricción monetaria. Las últimas cifras de inflación, en conjunto con declaraciones de algunos miembros de la Junta de Gobierno, han fortalecido la expectativa antes mencionada. De hecho, el consenso de la más reciente Encuesta Banamex de Expectativas (publicada el pasado 5 de mayo) ha eliminado el pronóstico de un incremento de 25 puntos base (pb) en la reunión de política monetaria de mayo y ahora se enfoca en un recorte de 25pb en diciembre como el siguiente movimiento en la tasa de referencia.
En este contexto, opto por contrastar cuatro expectativas de fin de ciclo restrictivo que inicialmente expuse en este espacio en noviembre del 2022. La esencia de la mayoría se mantiene, aunque en el camino se han presentado imprevistos.
En primer término, hace meses anticipaba que era muy probable que bancos centrales como Banxico no aguardarían a ver consolidada una tendencia descendente en la inflación por un periodo prolongado de tiempo. La anterior expectativa se fundaba en la idea de que se alcanzarían niveles récord de restricción monetaria antes de que las inflaciones hubieran impreso una caída drástica. La realidad fue un poco más compleja. La fuerte permanencia exhibida por los precios de la canasta subyacente (compuesta por mercancías y servicios) terminó por hacer menos obvia la tendencia descendente en la inflación a principios de año.
En segundo lugar, consideraba que la incertidumbre sería todavía elevada y requeriría de un esfuerzo de comunicación especial. Dentro de este esfuerzo, consideraba que se haría hincapié en la naturaleza gradual de la efectividad de la política monetaria y se reconocerían los riesgos elevados. Lo anterior ha sido el caso, aunque el énfasis ha sido mayor en el reconocimiento explícito del esfuerzo de restricción monetaria ya acumulado.
Un tercer punto se centraba en el complejo caso donde cualquier banco central que juzgara que se habría alcanzado un nivel de tasa de referencia en línea con sus objetivos, no optaría por restringirse a sí mismo en cuanto a su capacidad para reaccionar a futuro si las condiciones lo ameritan. Tal parece ser aún el caso. Los riesgos al alza en inflación no son menores y, por lo mismo, haría sentido dejar la puerta abierta a ajustes adicionales, al menos por algunos meses. Aquí seguramente se reiteraría que las decisiones próximas se encontrarían todavía dependientes a los datos.
Por último, hace meses me resultaba complicado que Banxico pudiera cerrar su ciclo con un ajuste de 25 puntos base, pues veía un margen muy limitado para tener la suficiente visibilidad como para moderar el ciclo en las reuniones previas a alto en el esfuerzo monetaria. Las cosas fueron distintas en este ámbito, y la señal pudo ser enviada mejor a los participantes en el mercado.