¿Qué esperar del 2024?
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En el ámbito económico, en México cerramos el 2023 con un fuerte dinamismo de la demanda interna. El consumo y la inversión fueron los factores determinantes de la actividad económica.
Este año será clave a nivel global, tendremos un tsunami de elecciones con mas de 3,700 millones de personas que elegirán a sus gobernantes, habrá elecciones en 70 países, entre ellos, Estados Unidos y México. Así que no solo se trata de definir el rumbo de las políticas públicas y económicas de este año, sino lo que vendrá para los siguientes.
En el ámbito económico, en México cerramos el 2023 con un fuerte dinamismo de la demanda interna. El consumo y la inversión fueron los factores determinantes de la actividad económica. Así que para el 2024, espero lo sigan siendo. En particular, en la primera mitad del año, toda vez que los programas sociales se adelantarán por la veda electoral. Adicionalmente las remesas seguirán apuntalando el ingreso disponible de las familias. Para la segunda mitad del año me encuentro menos optimista, toda vez que comenzarán a cobrar factura las elevadas tasas de interés en la actividad económica tanto en México como en Estados Unidos. Para el componente de la inversión, debemos de seguir observando crecimientos importantes, no solamente ante la finalización de los proyectos insignia de esta administración, sino también por la mayor cristalización de los anuncios de inversión privada con motivo del nearshoring. Hay que señalar que este año tiene dos eventos “extraordinarios”: 1) es un año bisiesto y generalmente añade 0.3 puntos porcentuales a la actividad económica, y 2) las elecciones, en la historia este evento añade 0.5 puntos porcentuales al PIB. El estimado puntual para la economía es de 2.7 por ciento.
Sin embargo, este dinamismo en la demanda agregada cobrará de cierta manera una factura en la inflación. El proceso desinflacionario será lento y presenta varios riesgos, como la resistencia de los servicios, y el repunte en el componente no subyacente. Adicionalmente el incremento en el salario mínimo presionará a las empresas, ya que desde el 2023 los costos laborales se han incrementado en doble dígito. Ello sumado a una demanda fuerte, se podría presumir el traslado de ciertos costos a los consumidores. También vale la pena destacar que las últimas lecturas sobre la inflación resultan superiores de su tendencia histórica y podrían poner en tela de juicio el camino descendente. El estimado para la inflación es de 4.5 por ciento.
¿Qué hará Banxico? La Junta de Gobierno ha sido sumamente vocal en el recorte de tasas, que se encuentra implícitamente descontado en el mercado a ocurrir en el primer trimestre del año. Sin embargo, considero que no es el inicio de un ciclo acomodaticio ni que los recortes serán consecutivos. De la mano con la Reserva Federal, espero 100 puntos base de recortes en el 2024 para finalizar la tasa de referencia en 10.25 por ciento. El complejo camino desinflacionario podría dificultar el trabajo del organismo y a la postre obstaculizar recortes mas agresivos; tomando en cuenta una brecha de producto que se encuentra en terreno positivo.
En cuanto al tipo de cambio, el pronóstico resulta un albur, sin duda alguna, es la variable más difícil de pronosticar ante la innumerable cantidad de factores cualitativos y cuantitativos que inciden en él. Lo más prudente es estimar que ante las menores tasas de interés, el dólar se mantenga perdiendo terreno contra el resto de las monedas, situación que pudiera seguir favoreciendo al peso. Los fundamentales del peso seguirán presentes. El déficit de cuenta corriente se ampliará moderadamente (cerca de 20 mil millones de dólares), pero serán plenamente financiados con la Inversión Extranjera Directa, por lo que el excedente de dólares en nuestra economía continuará. En cuanto al diferencial de tasas de interés, podría mantenerse por arriba del promedio histórico, ello podría favorecer a la entrada de capitales financieros que podrían apuntalar nuestra moneda. Sin embargo, será un año con volatilidad ante eventos electorales recordando que el tipo de cambio es la principal válvula de escape.
Mis mejores deseos y que el 2024 sea un año muy próspero para todos los mexicanos.