Aparecen algunas señales de desaceleración
Una de ellas es que en enero se crearon 648 mil 812 plazas, una baja de 10.2% respecto al mismo periodo del 2023 y la menor cantidad de empleo desde 2020.
En días recientes hemos estado conociendo indicadores que están marcando una clara desaceleración en la actividad económica en su conjunto.
En primer lugar tenemos las cifras de empleo en el IMSS para el pasado mes de enero en donde se reportó un incremento de 109.0 mil nuevas plazas creadas en el sector privado formal, lo que implica una caída del 2.4% anual en relación a los puestos creados en enero del 2023 que fueron 111.7 mil plazas.
Analizando la creación de puestos de trabajo en los últimos 12 meses, se percibe claramente una desaceleración progresiva. En enero pasado se acumularon 648 mil 812 plazas, una baja de 10.2% respecto del mismo periodo del año pasado y la menor cantidad de empleo desde 2020. Esta creación acumulada anual se encuentra 24.1% por debajo del máximo del año que fue en mayo del 2023, que sumó 854,422 (205 mil puestos menos). Aún así la tasa de desempleo se encuentra en 2.8% lo que se considera pleno empleo, y el salario medio creció a $573.4 pesos diarios, aumentando en 10.4% anual, por lo que se estima que la masa salarial ha aumentado cerca del 8% anual.
En segundo lugar destacamos las cifras del sector automotriz para el pasado mes de enero. La producción automotriz aumentó en 9.56% anual. Las exportaciones aumentaron 6.82% anual. El mercado automotriz interno aumentó en 18.73% anual.
En tercer lugar debemos destacar las decepcionantes cifras de la producción industrial para el pasado mes de diciembre. El sector industrial mantuvo débil desempeño por la contracción en tres de sus cuatro grandes sectores.
Cifras desestacionalizadas del INEGI mostraron que la actividad industrial cayó 0.7% en diciembre luego de bajar 1.0% en noviembre. El resultado más reciente reflejó una caída en la producción manufacturera (-1.2%) que fue la tercera continua, influida principalmente por la menor producción de prendas de vestir y fabricación de equipo de transporte. El segmento de la construcción se deprimió por segundo mes consecutivo (-0.6%) con la menor obra en edificación. La producción de electricidad, gas y los servicios de agua observó su quinta caída en fila, fue de -1.3%. De manera distinta, la actividad minera repuntó 1.4% por una fuerte aceleración de los servicios relacionados con la minería. A tasa anual, la producción industrial se expandió 1.2% frente al 3.0% de noviembre, mostrando crecimiento más lento por segundo mes. En todo el año 2023 la actividad industrial creció 3.6% frente al 5.3% del año 2022; a su interior, la construcción saltó 15.7% y electricidad, gas y agua avanzó 3.6%. Por su parte, la minería relajó su crecimiento al 1.5% y la manufactura al 1.0%, respecto al año 2022.
Las ventas de las cadenas afiliadas a la ANTAD para el pasado mes de diciembre, a tiendas comparables con el año pasado crecieron 0.5% real anual, mientras que en noviembre se creció en 1.0% real anual y en octubre +2.1% real anual.
En México, el INEGI dio una estimación preliminar del PIB al cuarto trimestre con un crecimiento del 2.4% anual, cifra que muy probablemente se revise al alza en el dato definitivo que conoceremos el 22 de febrero. Con cifras definitivas, en octubre el IGAE creció 3.7% anual, y en noviembre crecimos al 2.7% anual. Para tener un crecimiento del 2.4% en todo el trimestre, en diciembre el crecimiento debería de bajar a solo el 1% anual, lo que es poco probable. Con nuestros indicadores económicos Bursamétrica (IBAM) estima un crecimiento del 2.8% en el IGAE de diciembre, con lo que el PIB del cuarto trimestre se ubicaría en 3.0% anual, y el PIB de todo el 2023 habrá crecido en 3.3% en lugar del 3.1% preliminar. Este rango de crecimiento entre el 3.1% al 3.3% anual es muy superior al promedio histórico de los últimos 35 años, del 2.3% anual.
¿Podría esta tendencia de desaceleración precipitarse en los siguientes meses? La delicada situación que se vive en un sinnúmero de ciudades dentro del País, en donde los carteles del crimen organizado gobiernan e imponen el derecho de piso, y la ley del terror, así como la crisis de inseguridad y de asesinatos de hombres-camión en las carreteras del País, la ausencia de un Estado de derecho y la elevada corrupción son factores que impiden mayor actividad económica. A esto agregue la grave falta de medicamentos, la deficiente atención de los servicios médicos, lo que hace difícil la percepción de los logros económicos entre la población. Por último, las iniciativas de reformas que atentan contra los organismos autónomos y la incertidumbre electoral generan una mayor desconfianza para las inversiones en el País y ponen un freno a la actividad económica.