Martín López Méndez: Agilidad, el nuevo nombre del juego
El mundo cambia constantemente, y esta dinámica de cambio acelerado puede generar una depreciación del talento y la competitividad tanto de las personas como de las organizaciones. Para entender la magnitud de estos cambios, veamos cómo está evolucionando el conocimiento, la tecnología y el contexto en nuestras vidas.
En términos de conocimiento, según el modelo de la “curva de duplicación del conocimiento” de Richard Buckminster Fuller, en la última década, el conocimiento colectivo se ha duplicado cada 13 meses. En cuanto a la tecnología, Cisco predice que en 2027 habrá al menos 29,300 millones de dispositivos conectados a Internet, frente a los 3,500 millones que había en 2015. Esta interconexión a través del IoT está transformando nuestra realidad.
Jamais Cascio describe un cambio en nuestro entorno competitivo, migrando del modelo VICA, Volátil, Incierto, Complejo y Ambiguo, a FANI, Frágil, Ansioso, No lineal e Incomprensible, destacando la no linealidad que implica un crecimiento exponencial. Estos conceptos señalan cambios significativos y acelerados en nuestro entorno.
Estos tres factores -la aceleración del conocimiento, los avances tecnológicos y un contexto más complejo- generan una brecha cada vez mayor entre lo que sabemos hacer hoy y lo que requeriremos para competir en el ámbito laboral en los días por venir.
Surge entonces la necesidad de aprender constantemente nuevas competencias y adaptar nuestros comportamientos a una velocidad nunca vista. Aparece a la vez un factor que es clave; la agilidad con la que debemos hacerlo.
Ante este panorama, las personas y organizaciones debemos enfocarnos en el desarrollo continuo para mantener nuestra competitividad en este contexto cambiante, a través de procesos como el Upskilling (profundizar en habilidades existentes) y el Reskilling (desarrollar nuevos conjuntos de habilidades). Independientemente del proceso, es clave la agilidad de aprendizaje y reforzar los valores que nos distinguen.
Para un desarrollo estratégico personal y organizacional, es fundamental tener presente que la mejor fuente de experiencias formativas está en las universidades, en las que diseñan modelos que permiten el aprendizaje y desarrollo de competencias para toda la vida. Su enfoque multidisciplinario, modelos andragógicos, expertos, internacionalización y múltiples alianzas estratégicas son capacidades clave en un mundo globalizado.
Hoy en día, para evitar la depreciación del talento y la competitividad, es crucial aprovechar experiencias formativas en modelos de micro certificados (de al menos 20 hrs. de duración). Estos modelos tienen el potencial de desarrollar conocimiento y competencias, siendo elementos interconectables para integrar trayectorias en áreas específicas del conocimiento. Esto permitirá enfoque, agilidad, accesibilidad y capacidad de modificar comportamientos, además de la posibilidad de transformar entornos y evidenciar un retorno en la inversión del desarrollo.
Pensemos ahora en un nuevo actor que potencializará la velocidad de cambio, la Inteligencia Artificial. Veámosla como una aliada, la IA podría conectar datos descriptivos de nuestros genes a través del temperamento y nuestra lateralidad cerebral. Datos de comportamiento aprendidos como la personalidad, el carácter, estilo de aprendizaje entre otros.
Datos de nuestro perfil profesional descritos en un CV y datos provenientes de lo que se desea hacer en el corto plazo. Con toda esta información, la IA podría ayudarte en un proceso de hiperpersonalización de tu desarrollo con total enfoque, agilidad e impacto en el desarrollo y competitividad.
En conclusión, el tema ya no es si se seguirá aprendiendo durante toda la vida -Lifelong learning-, esto ya es un hecho. La clave está en la agilidad con la que se debe aprender, desarrollar competencias, redefinir comportamientos y solidificar valores, hoy día la carrera es de velocidad.