"Cazafantasmas: Imperio helado": nostalgia ochentera y amigos paranormales
La nueva secuela, que vuelve a contar con Bill Murray y otros actores del reparto original, llega este viernes a las salas de cine
Alerta a todos los Cazafantasmas: la Unidad de Contención está a punto de explotar. Son ya muchos años guardando un espíritu tras otro, y hasta las almas errantes tienen un límite. La Estación, situada en la 14 de North More Street (Nueva York) ya tiene sus años, y no solo nota que los tiempos han cambiado, sino que los fantasmas ya son demasiados. Pero, ¿qué es más fuerte, la novedad o la nostalgia? Por alguna razón los Cazafantasmas no se mueven de aquel viejo parque de bomberos, ni se les pasa por la cabeza renovar el Ecto-1, ese Cadillac profesional del año 59 con pinta de ambulancia. Dice Paul Rudd que siempre habrá alguien "que diga que era mucho mejor lo de antes. Yo era un niño cuando se estrenó la primera entrega de 'Cazafantasmas' en el 84, y es que fue una maravilla. Puedo intentar que mis hijos experimenten por primera vez lo que yo vivía antes, pero es muy difícil. La nostalgia siempre gustará a los estudios cinematográficos, hasta que venga la IA y utilice su poder para eliminarnos a todos". Siempre irónico, el actor relaciona la nostalgia con la fiebre actual de los "remakes" y "reboots", y además forma parte de ella: protagoniza "Cazafantasmas: Imperio helado", nueva secuela de la saga de los Reitman que llega a las salas este viernes.
La cinta se mueve entre esa morriña de los orígenes de los Cazafantasmas, pero sin olvidar los avances tecnológicos de la actualidad. A pesar de los indicios de colapso de la Unidad de Contención, ya trabajan en una alternativa clandestina para almacenar, controlar y examinar a los entes que vendrán. Y los encargados de estas miras hacia el futuro son nada menos que los protagonistas de la película de 1984: Bill Murray y Dan Aykroyd repiten en los personajes de Peter Venkman y Ray Stantz, y no faltan los guiños hacia el fallecido Egon Spengler. Es, de hecho, su familia la que tomó el relevo de los Cazafantasmas en la anterior secuela, y los que vuelven a salvar el mundo de amenazas paranormales. De uno, por cierto, de los peligros más grandes que se han enfrentado estos profesionales fantasmagóricos: Garraka, la "Muerte Helada". Literalmente, este nuevo villano hiela a la gente del miedo que produce, un poder sobrenatural que atacó por última vez en 1904 y que vuelve a las andadas tras manipular Stantz y compañía una antigua y misteriosa orbe de latón.
La magnitud de peligro que produce Garraka es tal que los viejos Cazafantasmas tendrán que apoyar a los nuevos en la lucha. Estos últimos, junto a Rudd, los interpretan McKenna Grace, Finn Wolfhard y Carrie Coon, y son conscientes de lo que conlleva acompañar a viejas glorias de Hollywood en uno de los escenarios míticos de su carrera. Actuar junto a Murray en la Estación es, confiesa Wolfhard, "intimidante, impone estar con unas estrellas y al principio es difícil, pero después te acostumbras y te das cuenta de que los famosos también son personas". Rudd va un paso más allá, asegurando que "estamos hablando de Murray y Aykroyd en los momentos álgidos de sus carreras, y de Ivan Reitman, el director, que hacía las mejores comedias de la época". Los Cazafantasmas actuales son, define, "diferentes, hemos cambiado y hecho las cosas distintas. Pero poder ponernos los trajes y estar junto a estas estrellas era increíble, a veces teníamos la sensación de no querer estorbar, de que no nos habíamos ganado ese lugar, porque los Cazafantasmas eran ellos".
De andar por casa
Lo viejo y lo nuevo, por tanto, converge, se mimetiza en una cinta dirigida esta vez por Gil Kenan: toma el testigo de Jason Reitman, quien a la vez ya relevó a su padre, Ivan Reitman, para quien está dedicada la nueva secuela. El filme, explica Kenan, aúna "personajes sólidos, humor irreverente y amenaza sobrenatural, elementos indispensables de los Cazafantasmas", así como lanza una cuestión: ¿nos es suficiente con lo terrenal? Parece que no para Phoebe, personaje que interpreta Grace y quien lleva las riendas de la nueva trama. Por su corta edad se le prohíbe hacer de Cazafantasmas junto a su familia, y se siente incomprendida. Un dilema adolescente que, en lugar de camuflarlo o disuadirlo a través de smartphones o lecturas, lo intenta resolver con una amiga un tanto peculiar. Se hace íntima de un fantasma protagonizado por Emily Alyn Lind, pues no todos los espíritus son malos malísimos, o al menos no todos lo aparentan. Lo mismo ocurre con unos pequeños fantasmas tan simpáticos como invasivos, que recuerdan a pequeñas nubes blancas moldeables, y que acompañan a los protagonistas a lo largo de la travesía helada.
En esta película, el espectador no solo regresa al icónico parque de bomberos, sino también a la biblioteca, con su respectiva fantasma lectora, y a escenarios que popularizaron la cinta original. La secuela, no obstante, no busca imitar a la clásica, "pues sería muy difícil replicar aquello que se hizo en el 84, e incluso habría sido insultante. Sí hemos intentado encontrar ese tono", ese discurso irreverente e irónico, que en los 80 se presumía desvergonzado, descarado, y en "Cazafantasmas: Imperio helado" se muestra quizá más medido, familiar, de andar por casa.
A la caza de la IA
Asistimos, por tanto, a una nueva entrega de una franquicia que generalmente no falla en taquilla. ¿Es el "reboot" la nueva estrategia de Hollywood para hacerse de oro, o es que se han quedado sin ideas? Rudd, antes de responder, satiriza, y después explica que "no sé si es falta de ideas, pero desde luego resulta cada vez más difícil conseguir que te paguen por ideas nuevas. Además, están las plataformas, hay muchas formas de ver películas, y eso hace que se produzcan cintas pequeñas, con menos presupuestos. Y a todo esto se le suma que muchos de los guionistas de las películas se han ido a la televisión". Está cambiando el panorama del cine, y ello nos lleva a pensar en la Inteligencia Artificial, que ha provocado recientemente protestas en Hollywood, y que Rudd no ve como un problema menor: "Viene a por todos nosotros y a por los trabajos. Aunque haga cosas increíbles trato de no preocuparme demasiado, pero sí es deprimente pensar en la cantidad de gente que va a estar buscando un propósito, porque se va a quedar sin trabajo por culpa de esto".
Sea la IA o no un fantasma que cazar, enjaular, examinar, y controlar, siempre nos quedarán los recuerdos, y por tanto la naturalidad de las emociones. "Cazafantasmas: Imperio Helado", más que una cinta asustadiza, es una emotiva, de apelar a los sentimientos. Busca rescatar aquellas emociones de la primera vez que vimos la película original, lo que sintieron los espectadores al descubrir este universo cómico y fantasmagórico. Proyecta sustos, pero que quedan a la sombra de conversaciones sensibles, de amor familiar, de quizá una forma de rendir homenaje a las fantasías que estas películas han regalado a tantos niños y no tan niños. "Esta película me hizo abrir los ojos, y me gustaría que las nuevas generaciones y nuevos públicos que vayan a ver esta nueva cinta sientan lo mismo, ese miedo que yo sentí, pero a la vez la seguridad de que hay unos héroes que están dispuesto a enfrentarse a todos los desafíos", concluye Kenan.