Costa Rica es el hogar de dos plantas nuevas para la ciencia
Costa Rica alberga dos especies de plantas nuevas para la ciencia en dos sitios muy distintos del país. Se describieron como nuevas porque no se habían visto en otro lugar.
Una de ellas se llama Stenospermation coques y es endémica (exclusiva de) de la isla del Coco. Su descubrimiento llegó gracias al trabajo del Alexánder Rodríguez, botánico del Museo Nacional de Costa Rica (MNCR), en conjunto con los guardaparques de la isla Diego Madrigal, Guillermo Blanco y Jonathan Loría, quienes conocen bien la vegetación del lugar.
Los guardaparques que la recolectaron relataron que Stenospermation coques está presente en una pequeña porción de la isla. “Es muy puntual y hay pocos individuos, con una distribución muy delimitada, lo que la hace muy vulnerable” agregó el botánico del Museo.
¿Cómo surgió el nombre? El nombre científico de una planta o cualquier otra especie se compone de dos palabras, la primera, en este caso Stenospermation, corresponde al género al que pertenece la nueva especie. Es, por así decirlo, el apellido.
La segunda palabra, en este caso, coques, es el nombre propio de la especie, el cual puede ser seleccionado de acuerdo a características vistas por los descubridores. La palabra coques hace referencia a uno de los primeros nombres que tuvo la isla del Coco.
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El género Stenospermation está compuesto por 50 especies herbáceas que se distribuyen en Centroamérica y Sudamérica; desde Guatemala hasta Bolivia y Brasil. Siete de estas se encuentran en Costa Rica e incluye especies epífitas que crecen sobre troncos o ramas.
“Esta publicación refleja el trabajo colaborativo entre instituciones y alianzas que nos permiten generar productos de este tipo, es de destacar la participación del Sinac (Sistema Nacional de Áreas de Conservación) y los investigadores Marco Cedeño, costarricense, y Orlando Ortiz, de Panamá” destacó Rodríguez.
Especie guanacasteca
La otra especie descubierta se llama Ilex hammelii y es endémica de las cordilleras de Guanacaste y Tilarán, se ha registrado entre los 900 a 1.600 metros sobre el nivel del mar (msnm).
En Costa Rica hay cerca de 14 especies perteneciente a la familia del Ilex, y en este caso, Ilex hammelii se propuso como especie nueva pues tiene una característica única: los tricomas o comúnmente llamados “pelos” que recubren algunas partes de la planta son de tipo estrellado, “al profundizar en este grupo, la literatura reporta hasta ahora solo una especie con este tipo de tricoma proveniente de Panamá, sin embargo, con características y cualidades muy diferentes a la costarricense, lo que descarta que sean la misma”, añadió.
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“Ejemplares de esta planta se venían recolectando desde hace algún tiempo, pero no se había registrado con un nombre hasta ahora” explicó Rodríguez.
¿Por qué? Según explicó el científico, este es un género muy complejo y diverso, tiene más de 650 especies en todo el mundo, distribuido en Asia, Europa, América del Norte, América Central, América del Sur y Antillas. Por eso, definir una especie nueva en un género tan amplio es muy complejo, pues se tiene que descartar que no corresponde con alguna de estas ya publicadas.
El nombre Ilex hammelii es un reconocimiento al botánico Barry Hammel, quien ha forjado múltiples generaciones de investigadores, ha descubierto numerosas especies nuevas y es uno de los editores principales del Manual de Plantas de Costa Rica.
¿Cómo se sabe que una especie es nueva para la ciencia?
Una especie nueva no necesariamente quiere decir que se trata de una que nunca antes se haya visto ni se haya recolectado, aunque eso sí sucede, especialmente cuando se va a lugares poco explorados. Sin embargo, es más frecuente que se descubra que aquella que se creía parte de una especie, sea en realidad una completamente nueva
No es fácil marcar una línea para identificar cuando algo es nuevo. En plantas, el primer paso consiste en conocer lo que ya se tiene, tenerlo bien identificado para saber dónde están las diferencias y determinar en qué momento hay algo diferente.
Para esto, se recolectan especies que llevan a sospechar que hay algo nuevo. El segundo paso es comparar con otras especies ya registradas en el país mediante el uso de herbarios nacionales y la revisión de la literatura científica, comenzando por la nacional.
Si no hay nada descrito similar, se examina literatura especializada vinculada con la identificación de la especie en estudio; se determina a cuáles otras especies podría estar relacionada, se compara con imágenes o especímenes de esas especies afines, sus características y se determinan sus diferencias o semejanzas.
Con base en el análisis, un profesional en taxonomía concluye si la especie en estudio es nueva para la ciencia o, si más bien, corresponde con alguna ya reportada en otra región fuera del país.
El proceso puede llevar poco tiempo cuando hay pocas especies, o muchos años en casos de familias más complejas, tal y como fue el caso de Ilex, con una amplia distribución a nivel mundial.