Cuando la única victoria del constitucionalismo en País Vasco consiste en que Bildu no haya logrado superar al PNV es que la derrota exhibe un tono casi irreversible. Nunca en la historia de la democracia hubo un parlamento vasco tan nacionalista y esta hegemonía dolorosamente incontestable debe mucho a la normalización de Bildu, a la cooperación necesaria del PSOE y a la incapacidad del PP para rentabilizar la defensa, ya en exclusiva, del marco del 78. No es un error. Ni una casualidad. Es la consecuencia de casi medio siglo de ingeniería social que nos demuestra que el ser humano puede ser cualquier cosa: el animal más terrible o la más sublime de las criaturas. En nuestra condición inacabada, la...
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