Djokovic, inasequible, y Alcaraz, sin jugar, avanzan en Nueva York
Bernabé Zapata Miralles se quedó pegado a la valla publicitaria lateral, exhausto. Renunció a volver a correr hacia la enésima pelota que le devolvía Novak Djokovic desde el otro lado de la pista. Era el comienzo del tercer set en la segunda ronda del Abierto de EE.UU. y ese fue el punto que explicó el partido. Zapata, número 76º del mundo, había pegado tres ataques descomunales, uno de ellos un derechazo en carrera, imposible más plano y más esquinado, y el serbio llegaba a las pelotas de manera inverosímil. Читать дальше...