Yo no estoy a favor de la mentira. De verdad. Tampoco estoy a favor de la muerte, la enfermedad o, ya puestos, los chistes malos. Pero, por más que me manifieste contra esas cosas, seguirán existiendo. Las mentiras llevan tiempo multiplicándose gracias a las redes sociales. Y seguirán multiplicándose: verán en cuanto se desarrolle la inteligencia artificial. Las tecnologías de la información, incluyendo la imprenta, conllevan ese problema: difunden por igual lo verdadero y lo falso. Y a casi todos, un día u otro, nos atrae lo falso.