Ahora Sánchez ya sabe hasta qué punto el PSOE lo necesita
Los fotógrafos se lo pasaron en grande el sábado con María Jesús Montero. La vicepresidenta del Gobierno, una andaluza extrovertida y apasionada, se golpeaba el pecho ante los manifestantes socialistas congregados ante la sede de Ferraz en apoyo a Pedro Sánchez. Levantaba los brazos para animarles, aunque todos ya estaban muy animados. Gritaba. Sonreía. Hablaba con algunos de ellos. Un socialdemócrata sueco se hubiera quedado pasmado ante tanta pasión. Son gente muy fría y Montero no lo es.
Читать дальше...